Introducción
El apóstol Pablo, en Colosenses 1:6, nos invita a conocer y experimentar la gracia de Dios, una gracia que no solo se recibe sino que también crece y fructifica en nuestras vidas. Esta invitación nos lleva a un viaje para comprender la gracia de Dios en su totalidad, un concepto que va más allá del mero conocimiento intelectual y se adentra en el terreno de la revelación espiritual.
Conociendo la Gracia de Dios
El término ‘conocer’ en el contexto bíblico va más allá de un simple entendimiento intelectual. En Colosenses 1:6, Pablo utiliza el término griego ‘epiginosko’, que implica un conocimiento pleno, profundo y experiencial de la gracia de Dios. Este conocimiento no se limita a un entendimiento teórico, sino que es una vivencia profunda de la realidad de Dios en nuestras vidas.
La Gracia de Dios Como Revelación de la Verdad
Jesucristo afirmó que Su Palabra es la verdad (Juan 17:17). Entender la gracia de Dios en verdad implica buscar su comprensión a través de la revelación según la Palabra de Dios, y no según ideas teológicas humanistas o tradicionales. Es un llamado a que nuestros ojos espirituales y nuestro entendimiento sean iluminados para experimentar esta gracia, que debe manifestarse en nuestras vidas como un “fruto creciente”.
La Doctrina y la Cristología en la Vida Cristiana
Nuestro entendimiento de Cristo, o ‘cristología’, influencia directamente nuestra comprensión de la iglesia, o ‘eclesiología’. Si no conocemos a Cristo plenamente, nuestra definición de la iglesia estará basada en nuestras perspectivas humanas, lo que puede llevar a doctrinas extrañas y diversas. La gracia de Dios, cuando es recibida, se manifiesta como verdad en nuestras vidas y se convierte en la base de nuestra doctrina.
La Importancia de la Doctrina Apostólica
La doctrina cristiana no es un conjunto de dogmas o un simple sistema de creencias; es la revelación de la persona de Cristo. En Hechos 2:42, vemos que los primeros cristianos se dedicaron a la doctrina apostólica, mostrando la centralidad de la enseñanza de los apóstoles en la vida de la iglesia primitiva. La doctrina de los apóstoles es esencialmente la doctrina de Cristo, enfatizando su centralidad, supremacía y universalidad.
El Peligro del Engaño y la Necesidad de una Doctrina Pura
La Biblia advierte sobre el peligro del engaño, especialmente representaciones erróneas de Cristo. En Mateo 24, Jesús advierte sobre la aparición de falsos Cristos. Una cristología prístina e íntegra es vital para contrarrestar estos engaños. La doctrina pura, basada en la verdad de la Palabra de Dios, actúa como un antídoto contra estas falsas representaciones.
La Doctrina en la Iglesia Contemporánea
Hoy en día, muchas iglesias han dejado de lado la doctrina de los Apóstoles, enfocándose en la comunión, el partimiento del pan y las oraciones. Sin embargo, la doctrina no es opcional, sino esencial para nuestra fe. Revela la mente de Cristo, desarrolla el carácter cristiano, contrarresta el error y resume la verdad fundamental para ser experimentada.
Conclusión
Conocer la gracia de Dios en su totalidad y comprender la importancia de la doctrina en nuestra vida espiritual es fundamental para la fe cristiana. Esta comprensión no solo nos fortalece en nuestra relación personal con Dios, sino que también nos equipa para enfrentar los desafíos y engaños de nuestro tiempo, manteniéndonos firmes en la verdad de Cristo. La doctrina, en su esencia, es una invitación a vivir una vida centrada en la Palabra de Dios, experimentando la gracia de Dios en su plenitud.