Introducción:
La mayordomía, en el contexto cristiano, se refiere a la gestión responsable de todo lo que Dios nos ha confiado. Esta no es solo una práctica, sino un estilo de vida que abarca todos los aspectos de nuestra existencia: tiempo, talentos, recursos y relaciones. La pregunta clave que aborda este artículo es: ¿Qué nos impide retener y multiplicar lo que Dios nos ha dado para manifestar la gloria de Su reino?
La Naturaleza de la Mayordomía Cristiana:
La mayordomía va más allá del mero manejo de recursos financieros y temporales. Implica una comprensión profunda de que nada nos pertenece realmente; somos simplemente administradores de los dones de Dios. Este concepto es radicalmente opuesto a la noción de posesión y control absoluto que prevalece en la sociedad. En lugar de usar los recursos para satisfacer deseos egoístas, el mayordomo cristiano los utiliza para el avance del Reino de Dios.
Administrar Más Que Recursos:
En el corazón de la mayordomía cristiana yace la administración de “asuntos eternos”. Las Escrituras, como 2 Corintios 4:18 y Efesios 3, hablan de enfocarse en lo invisible y eterno. Esto implica que no solo administramos recursos tangibles, sino también intangibles como el evangelio, la gracia de Dios, y el amor a los demás.
La Fidelidad en la Administración:
La fidelidad es un tema central en la mayordomía cristiana. No importa si se administra poco o mucho; lo que cuenta es la fidelidad en esa administración. La fidelidad se mide no por la magnitud de lo administrado, sino por la calidad y la intención con la que se administra.
Administrando Diversos Aspectos de la Vida:
- Tiempo: Efesios 5:15-16 nos insta a usar nuestro tiempo sabiamente. Como cristianos, estamos llamados a prepararnos y utilizar nuestro tiempo de manera que refleje los valores y prioridades del Reino de Dios.
- Relaciones: Proverbios 24:23 nos enseña a tratar a las personas con justicia, sin prejuicios. La forma en que gestionamos nuestras relaciones con los demás refleja nuestra comprensión de la mayordomía.
- Oportunidades y Circunstancias: La administración cristiana también implica reconocer y responder a las oportunidades que Dios nos presenta, así como manejar las circunstancias con sabiduría y confianza en Dios.
Para Quién Administramos:
Es esencial recordar que administramos en nombre de Dios, no para nosotros mismos o para un ministerio en particular. Como 1 Corintios 4 dice, somos servidores de Cristo, encargados de administrar los misterios de Dios. Nuestra administración debe siempre buscar el avance del evangelio y el desarrollo del Cuerpo de Cristo.
Cómo Administrar Eficazmente:
La eficacia en la mayordomía implica varios aspectos:
- Especialización y Perfeccionamiento: Debemos esforzarnos por mejorar nuestras habilidades y capacidades, buscando siempre la excelencia en todo lo que hacemos.
- Rechazar la Improvisación y la Mediocridad: Como mayordomos de Dios, estamos llamados a rechazar la improvisación y la mediocridad. Nuestro enfoque debe estar en la precisión y la correcta interpretación y aplicación de la palabra de verdad.
- Entender el Nuevo Pacto: Como servidores del Nuevo Pacto, según 2 Corintios 3, debemos tener una comprensión clara de este pacto, evitando mezclar conceptos del Antiguo Pacto.
Conclusión:
La mayordomía cristiana es una llamada a vivir conscientemente, reconociendo que todo lo que tenemos es un don de Dios y debe ser administrado en consecuencia. Este enfoque de vida no solo cambia cómo manejamos los recursos, sino cómo interactuamos con el mundo. Despertar a la trascendencia de nuestra tarea asignada por Dios es esencial para vivir una vida que refleje verdaderamente la gloria y los valores del Reino de Dios.