LAS ERAS – La separación del orgullo III

Saludos a todos, nuevamente nos encontramos con ustedes, para continuar con la serie la Era de Arauna, el lugar donde David se humilló por causa de su orgullo.

Como expusimos en la entrega anterior, existen una serie de condiciones para levantar un altar en esta Era. Veamos la tercera condición: 

3-Apartarse de sus malos caminos: David no usó su influencia, su investidura para tomar la era, sino que la compró, este acto fue una restitución. Él determinó que iba a pagar por esta era sin importar el precio de la tierra más los animales, ya que eran vidas que se estaban perdiendo si él no lo hacía. Deberíamos revalorizar el arrepentimiento, y ver como la  restitución es parte fundamental del mismo. David no solo, se  humilló a sí mismo, oró y buscó el rostro de Dios, sino que también hizo restitución. El arrepentimiento sin restitución es muerte, la restitución libera gracia. Él rey David no quería darle a Dios las sobras, sino algo que le costara. Cuando  Jacob le presentó a Esaú una ofrenda de restitución, vio el rostro del Señor. La obra fue la manera en que Jacob demostró que se apartó de sus malos caminos, que su arrepentimiento era genuino. En el Antiguo Testamento, si robabas una oveja, tenías que reemplazarla con cuatro ovejas; si robabas un buey, tenías que reemplazarlo con cinco. El principio de restitucióntodavía es aplicable hoy en el ámbito de un verdadero proceso de arrepentimiento. 

En este lugar se construiría el templo de Salomón, 2 Crónicas 3:1.  Comprar la propiedad es el primer paso hacia la construcción del templo. Ningún líder puede tener una revelación del templo sin haber comprado primero esta Era. No se puede construir el templo sin pagar un precio. Desembolsar para pagar por el orgullo, es necesario, la humildad es costosa, dejar para avanzar. Muchos líderes no pueden entrar al templo -LA REUNIÓN CORPORATIVA DE LAS IGLESIAS COMO UNA CULTURA – porque todavía no pagaron por esta  Era. Recordemos que en este lugar ocurrió el cese de la plaga que afectaba al pueblo.  “Comprar” significa apartarse de los malos caminos, arrepentirse verdaderamente. 

Además de la salud del pueblo David al abonar por la Era, también proveyó la base para la promoción de su hijo Salomón. David estableció la cultura para su hijo. Salomón construye el templo en esta Era, en el monte Moriah, un lugar privilegiado. El sacrificio de David fue el piso para el crecimiento de Salomón. El sacrificio de una generación de líderes debe lanzar a la próxima generación de hijos a un mayor nivel de gloria.

Leamos el siguiente 7:14-16(CWSB) 

14“si se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre,si oran y buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos,entoncesyooirédesdeloscielos,perdonarésuspecadosysanaré su tierra.

15“Ahora mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a laoración hecha en este lugar

16Ahora he elegido y he santificado esta casa para que esté allí mi nombre parasiempre.Mis ojos y micorazónestaránallítodos los días”

Dios responde a la oración que se hace en este lugar– EL TEMPLO. Dios responde en esta Era. Este es un lugar de separación del orgullo, donde la lección fue aprendida y el arrepentimiento es genuino, donde no hay resistencia, ni apariencia, ni independencia, solo rendición, absoluta rendición.

Esperamos que hayas disfrutado este tiempo, nos despedimos hasta el siguiente encuentro, muchísimas gracias.

2 replies on “LAS ERAS – La separación del orgullo III”

  • Jorge C.
    24 de noviembre de 2022 at 10:10

    Hola, soy de Costa Rica. Muy edificante la lectura. El arrepentimiento sin acciones de cambio solo es remordimiento, solo es querer calmar la conciencia. La bendición está en la obediencia y el Espíritu Santo nos guía a tomar acción para el cambio

  • Jimena
    26 de noviembre de 2022 at 00:13

    Hola buenas noches! No sé cómo hacer para leer las dos anteriores. Venía meditando algunas palabras y me llevan a esto mismo que una ves uno aceptando a Cristo con un corazón rendido el mismo espíritu te hace no pecar, es como algo que sucede genuinamente. Y el único freno a eso somos nosotros mismos.

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