LAS ERAS – La separación del orgullo IV

Hola, queridos amigos, en esta oportunidad continuaremos describiendo las condiciones necesarias para levantar un altar en esta era. 

Como enumeramos anteriormente, las condiciones son: humildad y oración, rendidos en adoración, apartados de los malos caminos, zarandeados por el tamiz y por último, humillados a sí mismos.

Veamos juntos la cuarta condición: zarandeados por el tamiz. El proceso de tamizado era realizado después de la cosecha de trigo. Primero se depositaba  el grano  en la era. Luego un buey o una trilladora pisaban el grano, posteriormente el agricultor recogía el grano fresco, lanzándolo al aire, el viento soplaba la paja, pero el grano simplemente caía sobre  la Era. Acto seguido las mujeres llegaban con sus cribas y recogían el grano. Algunas piezas de paja y partículas de piedra seguían mezcladas  con el grano. Las mujeres sacudían y       soplaban sobre el tamiz para que solamente quedara el grano. Podemos diferenciar  tres procesos: sacudido, sopladorecolección. Jesús le dijo a Pedro: “Satanás ha pedido por ti, para que tepueda tamizar como trigo” ,Lucas 22:31. Satanás deseaba a Pedro porque  estaba lleno de polvo. El polvo es el alimento de la serpiente,”…el polvo será el alimento de la serpiente.”  Isaías 65:25. Adán estaba hecho de polvo. La naturaleza adámica es el polvo, 1 Corintios 15:47-49. Satanás ama alimentarse de la naturaleza adámica. Él no puede alimentarse de Cristo. El polvo de Pedro era su orgullo, podemos tener muchas puertas abiertas en nuestras vidas que atraigan a la serpiente, porque son parte de la naturaleza caída, el viejo hombre. El Nuevo Hombre que es Cristo no posee ningún atractivo para la muerte, ni para las tinieblas. Lo bueno de la rendición es que somos llenados con Su Vida, todo nuestro ser es absorbido por Cristo, y esa nueva vida en Él, se disfruta, se vive en el real sentido de la palabra. Existe un antídoto para quitar el polvo del viejo hombre y llenarlo todo con la vida del Nuevo Hombre. Es la Palabra de Dios, empapados con ella, no habrá lugar para ningún polvo, porque el agua, un símbolo de la Palabra de Dios, se lleva todo el polvo de la vieja naturaleza. 

Pasemos ahora al último requisito necesario para poder erigir un altar en esta era, el cual es humillarse a sí mismo. En la epístola de Santiago capítulo cuatro versículo seis, está totalmente claro que el Señor resiste a los soberbios y da gracia a los humildes. Al continuar leyendo este pasaje hasta el versículo diez, vemos todos los elementos que están incluidos si queremos ser verdaderamente humildes. Estos son: someterse a Dios, resistir al diablo, limpiar las manos esto se refiere a las obras que hacemos, purificar los corazones, lamentarse y llorar. Una de las tendencias más comunes del alma es autoexaltarse, es hablar demasiado bien de uno mismo. Esta característica del alma no regenerada es un impedimento para el desarrollo dentro del propósito eterno. En el libro a los efesios capítulo cuatro versículo trece la Escritura dice “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Para llegar a esa medida de Iglesia que exprese la gloria de Dios, deberíamos poseer una medida de la persona de Cristo gobernando en cada una de las vidas, donde la autoexaltación debe quedar sometida a la voluntad de Dios como parte de nuestro fundamento en la fe. 

Una de las señales de que una persona está autoexaltada es que produce o promueve divisiones. Cuando se pretende vivir una vida en la tierra separada del cielo, entonces se estaría violentando este principio: “No separe el hombre lo que Dios ha unido”. Dios unió el cielo y la tierra. Nosotros no esperamos la muerte para irnos al cielo, sino que estamos esperando una medida de entendimiento que aun estando en este cuerpo, la dimensión de Dios pueda gobernar nuestra vida, porque si no somos gobernables en la tierra, tampoco lo seremos en el cielo.

No creamos que el cambio es mágico, porque esto se trata de que el reino de Dios gobierne nuestras vidas.Toda promoción nos ha sido dada en Cristo, pero esa promoción actúa cuando los niveles de humildad medibles al Señor se manifiesten en nosotros; eso es llevando nuestra vida a la humillación al Señor, que no es otra cosa que imitarlo a Él.

Creemos que el Espíritu de Dios literalmente absorberá todo orgullo que hay sobre la faz de la tierra para que los hijos de Dios, los cuales hoy sabemos que debemos de operar en humildad, seamos puestos por Dios en los lugares de honra; no a nosotros, sino a Cristo que va creciendo en nosotros.

Por lo tanto, no nos menospreciemos, no tengamos miedo de lo que viene; sencillamente, digamos las palabras espirituales que abren puertas: “Señor, ayúdanos a identificar toda área de nuestra vida que no exprese tu nombre, ábrenos los ojos del entendimiento y enséñanos”.

El Señor ya exaltó a los humildes ¿cómo buscamos la recompensa? Al enfrentarnos a la vida, cuando pedimos perdón, cuando nos disculpamos, cuando agradecemos, cuando honramos a los demás.

Jesús les dijo a sus discípulos: Sed llenos del espíritu porque ahora ustedes no van a funcionar por sus fuerzas, sino que van a funcionar por mí Espíritu.

Debemos tener un espíritu humilde y decir: Señor si Tú nos das la identificación es porque nos has dado el poder para vivir lo que oímos, y vamos a vivir esa plenitud, uniendo cielo y tierra.

Hemos llegado al final de esta Era, donde en el camino a la perfección, el orgullo debe ser totalmente quitado y demolido bajo el señorío y el gobierno de Cristo nuestro Señor.

Muchísimas gracias por habernos acompañado. Un abrazo en Cristo.

5 replies on “LAS ERAS – La separación del orgullo IV”

  • Martha Irene
    10 de agosto de 2022 at 19:35

    Gracias por ser expresión de la gracia de Dios a otros

  • 10 de agosto de 2022 at 19:47

    Es de mucha bendición la palabra y el mensaje. Gracias

  • Joel
    15 de agosto de 2022 at 13:58

    Excelente enseñanzas.
    Muchas gracias por compartir, Es un disfrute, todo lo que recibimos para nuestra edificación.

    Gracia y paz.

  • Silvia Urban
    15 de agosto de 2022 at 15:22

    Hay una falsa humildad en nosotros como cristianos que muchas veces nos engaña creyendo que por no autolevantarnos y auto promovernos somos humildes. Sin embargo, quien conoce las profundidades de nuestro corazón es Dios que sabe que aunque no digamos que somos algo, existe ese deseo en nosotros por ser reconocidos. Gracias a Dios por este artículo que me hace reflexionar que debemos continuar pidiendo a Dios nos de Su mansedumbre y Su humildad porque la necesitamos diario. Bendiciones desde México.

  • Jimena
    2 de diciembre de 2022 at 08:14

    Muchas gracias! Es de mucha edificación. Seguimos madurando. Bendiciones!

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